Los musulmanes dejaron una gran impronta en esta bella localidad conocida, sobre todo, por las saludables propiedades de sus aguas minero-medicinales.
El conjunto urbano se compone de calles estrechas, rincones pintorescos y edificios nobles entre los que destacan la Casa Consistorial y la iglesia de la Natividad de la Virgen, barroca pero con decoración de estética mudéjar en sus yeserías interiores.
Es una población de buena tradición alfarera. En la actualidad existen dos talleres artesanales.