villafeliche

Villa poblada por musulmanes en la Edad Media, muestra un urbanismo apretado y sinuoso testigo de su pasado islámico. Herencia de esos tiempos, sus molinos de pólvora, su tradición alfarera y su fruticultura.

datos prácticos

 

Ayuntamiento: Plaza de la Iglesia, 6

Tel: 976 891 201

Email: villafel@dpz.es 

Gentilicio: villefelichino/a

Fiestas: San Marcos, San Juan y San Ignacio (4 al 7 de agosto). San Ignacio Delgado (22 al 25 de noviembre)

Distancia a la capital

Altitud

villafeliche

El casco urbano se desparrama hacia la vega del Jiloca, con sus casas escalonadas para adaptarse a los desniveles del terreno. El caserío de Villafeliche se conserva como un  símbolo de un pasado esplendoroso. Las viviendas se ordenan, muy apretadas, formando una calle larga paralela al cauce del rio. De la calle principal, como las espinas de un pez, parten callejones cortos que ascienden hacia el castillo o bajan hasta el río. En la Plaza de la Iglesia se levanta el Ayuntamiento junto a la iglesia parroquial.

Paseando por la calle Mayor, entre magníficas muestras de la arquitectura civil aragonesa de los siglos XVI, XVII y XVIII, llegamos a la plaza Mayor, donde descubriremos una de las casas más singulares de la localidad: un edificio del siglo XVII en el que su fachada presenta una singular  galería en la que, entre pilastras, se voltean los arcos de medio punto, que luego han sido cerrados. En un ángulo de la plaza se levanta un monumento a los molinos de pólvora, base fundamental de la economía de esta localidad durante los siglos XVI al XIX.

Sobre un cerro próximo al pueblo se localizan las ruinas de la ermita de  San Marcos, con planta en forma de cruz griega, barroca del siglo XVII. También se pueden contemplar dos ermitas más en perfecto estado, la de San Cosme, obra del siglo XVII, que parece una reproducción de la de San Marcos en tamaño reducido, y la de San Roque.  

La historia reciente reseña un personaje ilustre ligado con esta localidad por ser hijo de la villa. Se trata de San Ignacio Delgado que marchó a misiones en Filipinas a finales del siglo XVIII y murió mártir el 24 de julio de 1838, a los setenta y tres años de edad, siendo obispo titular de Melipótamos y, como tal, vicario apostólico en Tonkin oriental, hoy Vietnam del Norte. 

Otro personaje afamado fue Francisco de Val, compositor nacido en esta localidad a principios del siglo XX. Entre sus obras más destacadas, «Sierra de Luna», «Las palomas del Pilar», «Qué bonito es mi niño», «Torito Bravo»… que forman parte importante del cancionero popular español de la década de los cincuenta. 

Los recursos económicos de antaño estuvieron muy ligados a los molinos de pólvora y a los talleres de alfarería. Estos últimos todavía tienen presencia con un alfarero en plena actividad. Villafeliche llegó a contar con más de 200 molinos de pólvora.  Junto a la abandonada estación de ferrocarril, el turista puede reponer fuerzas en un merendero que existe donde hay una fuente de agua.

iglesia de san miguel

La iglesia de San Miguel fue construida a finales del siglo XVII de ladrillo y tapial. De estilo barroco, su torre mudéjar es anterior y presenta una decoración a base de ladrillo resaltado y azulejos de cerámica de arista. Es un templo de tres naves, cubiertas con bóvedas de lunetos y crucero con cúpula sobre pechinas y una linterna. 

El interior presenta la decoración típica del barroco del siglo XVIII y guarda retablos de sumo interés, como el de la Sagrada Familia, una bella obra del siglo XVI. Las capillas guardan interesantes tallas entre las que destacamos la de San Ignacio Delgado, por la devoción que sus paisanos le profesan. 

castillo

Los restos de una fortaleza de origen árabe dominan el caserío. Se sabe que este castillo ya existía en época musulmana pues fue conquistado por Alfonso I en 1121 y diez años más tarde se le señaló como límite de la Comunidad de Calatayud, así que pertenecía a esta.

Se sitúa sobre una falda del promontorio cercano a la localidad y sólo es accesible por uno de los lados en el que se encuentra la puerta de ingreso. En el lado opuesto hay un estrecho foso que lo separa de la ladera montañosa. Los otros dos flancos están defendidos por altos paredones rocosos. De unos 31 por 14 metros, está levantado en piedra y tapial. En una de los flancos se levanta la torre del homenaje, de planta cuadrada, de unos 7 metros de lado. En las otras esquinas conserva sendos torreones también cuadrados. El recinto conserva un parapeto aspillerado que posiblemente fuera construido durante la época de las guerra carlistas, ya que parece realizado para armas de fuego. 

Molinos de pólvora

Paseando por la vega, camino del estrecho que el Jiloca crea hacia Daroca, se encuentran los restos de las Reales Fábricas de Pólvora de Villafeliche, más de 200 molinos que sembraban la orilla del río e hicieron de este pueblo uno de los mayores productores de pólvora de España en los siglos XVII y XVIII. Con la mezcla de salitre, azufre y carbón vegetal, una vez machacados en los morteros y tras un meticuloso proceso, se obtenía una pólvora de gran calidad. Uno de los molinos se ha rehabilitado y puede visitarse tras un agradable paseo por un paraje de gran belleza.