mara
Situada en el Valle del río Perejiles, allí donde se ubicaba la antigua ciudad celtibérica de Segeda, Mara presume de historia y de patrimonio.
datos prácticos
Ayuntamiento: Plaza Bermúdez, 1
Tel: 976 892 011
Email: mara@dpz.es
Gentilicio: mareño/a
Fiestas: San Fabián y San Sebastián (20 de enero). San Pascual (17 de mayo). Fiestas de Verano (4 al 7 de agosto)
Distancia a la capital
Altitud
mara
El vino en esta localidad se reafirma conociendo su pasado, pues en su término municipal se encuentran los restos de la ciudad celtíbera de Segeda en donde apareció un lagar, actualmente reconstruido, datado aproximadamente en el siglo II antes de Cristo. Esta herencia celtíbera se respira en sus calles, ya que la arquitectura popular aparece realizada en sillarejos de “piedra de yeso” trabados entre sí y unidos por argamasa siguiendo los modelos encontrados en el cercano yacimiento.
En la plaza destaca la elegante torre de la iglesia, puesta bajo la advocación de San Andrés. El templo, reformado en el siglo XVIII, presenta al exterior un ábside claramente medieval y la mencionada torre construida en el año 1591, fecha que aparece labrada en un sillar del primer cuerpo de la misma. La labor en ladrillo resaltado la decora como un fino encaje de rombos, hexágonos y bandas de esquinillas a tresbolillo, que hacen de ella un elegante ejemplo del mudéjar tardío.
Existen restos de un castillo y en un cerro cercano, equidistante entre Mara y Maluenda, hay un torreón de mampostería y planta rectangular que pudo ser una atalaya de vigilancia sobre el río Perejiles.
iglesia de san andrés apóstol
La iglesia de San Andrés ocupa el centro de la villa de Mara y preside su plaza. Edificio gótico-mudéjar, en él se alternan la piedra y el ladrillo. Tiene una sola nave con capillas laterales comunicadas entre sí. El ábside es poligonal y está decorado al exterior con una galería de arquillos de medio punto.
Su bello interior fue reformado en época barroca y cuenta con un retablo dedicado a San Andrés, rematado por un medallón de María Santísima, y para cerrar el remate, un gran espíritu santo. Se conserva una pequeña reliquia de San Andrés.
Adosada al muro de la epístola del presbiterio, la torre fue construida durante la segunda mitad del siglo XVI. Constituye uno de los mejores ejemplos de este periodo, en el cual el profundo arraigo de las formas mudéjares en la sociedad aragonesa, debido al hecho histórico de la tardía expulsión de los moriscos (1610), favorece la reaparición tardía, así como la pervivencia, de los sistemas ornamentales de tradición mudéjar.
La torre mudéjar es de planta cuadrada y tiene tres cuerpos, siendo el primero de piedra sillar. En los dos pisos superiores se repite el mismo esquema decorativo y estructural, a base de rombos y esquinillas y arcos de medio punto doblados, ciegos en el piso bajo y abiertos en el cuerpo de campanas. En las zonas inferiores de ambos pisos aparecen fajas de ladrillo resaltado formando hexágonos. Remata la torre un piso de base octogonal que queda coronado por un chapitel barroco.