Belmonte de Gracián

Belmonte luce orgulloso el apellido de su hijo más ilustre, Baltasar Gracián, nacido en 1601 en una casa cerca de la iglesia. Se encuentra en el valle del río Perejiles, afluente del Jalón.

datos prácticos

 

Ayuntamiento: Plaza de Baltasar Gracián, s/n

Tel: 976 892 093

Email: belmonte@dpz.es

Web: www.belmontedegracian.es

Gentilicio: belmontino/a

Fiestas: San Roque (16 de agosto). San Miguel y la Virgen del Castillo (29 de septiembre)

Distancia a la capital

Altitud

Belmonte de Gracián

Su nombre tiene raíces celtíberas y podría significar “monte resplandeciente” o “monte blanco”,  aunque también dicen que puede hacer referencia a “Monte de la divinidad blanca, brillante, resplandeciente” en honor a la deidad solar celtíbera. 

Y es que hace unos 2170 años, entre los términos municipales de Belmonte y Mara, se levantaba una gran ciudad celtíbera llamada Segeda (Sekaisa) que trajo de cabeza a los prebostes del Imperio Romano una temporada… Y que es allá por el año 154 a.C. los habitantes de Segeda comenzaron a ampliar las murallas de su ciudad en contra de los tratados con Roma. El senado romano, enterado de este hecho, pidió que se paralizasen las obras pero los «irreductibles segedenses» hicieron caso omiso del aviso. Roma decidió entonces adelantar la elección de cónsules del 15 de marzo al 1 de enero para así poder atacar la ciudad de Segeda antes de que terminasen la muralla. Este hecho motivó  que el calendario por el que nos regimos en la actualidad comience en enero.

A partir del 711 el Islam estuvo presente en la zona ya que quedan algunos vestigios como los restos de su castillo, datado por algunos estudiosos en el siglo X. Está claro que se anexionó al reino de Aragón en el año 1120 y que a partir de ese momento se convirtió en una de las localidades más importantes del valle.

Pasear por sus calles y contemplar sus edificios más antiguos, construidos con mampostería o sillarejos de piedra de aljez o de alabastro, es lo más recomendable para conocer esta histórica villa. Destaca por su interés un acueducto del siglo XVII, que se localiza muy cerca del Centro de Interpretación y de Estudio creado sobre la figura y la obra de Baltasar Gracián.

Iglesia de San Miguel Arcángel

El elemento más antiguo del templo es, sin lugar a dudas, el cuerpo inferior de su torre, que bien puede ser parte de un antiguo alminar de tradición almohade. Los cuerpos superiores son sensiblemente posteriores, quizá de mediados del XIV. Frente a la sobriedad decorativa del cuerpo inferior, de mampostería enlucida de yeso, que se limita a una serie de ataifores de color melado, destaca la belleza de los dos superiores construidos en ladrillo y decorados con platos, frisos de espina de pez y esquinillas y arcos entrecruzados sobre columnillas de cerámica.

El ábside es poligonal, decorado al exterior con paños de sebka y cruces separadas por frisos de esquinillas. Un ventanal de arco apuntado se abre en el lienzo central. Se aprecian dos etapas constructivas: la parte inferior corresponde al templo del último tercio del siglo XIV del que solo quedó el ábside. Cuando en el siglo XVI se construyó la actual, se mantuvo ese ábside y se realizó un claro recrecimiento imitando la decoración del primero.  

La iglesia se construyó con mampostería, sillar y ladrillo. Al interior presenta una amplia nave con capillas laterales entre los contrafuertes, que se cubre con bóveda de crucería estrellada. El ábside es semicircular en el interior (al exterior es poligonal) cubierto con bóveda de cascarón con yeserías similares a las del coro, que obedecen a una reforma realizada en 1634.

En su interior se conserva una buena colección de obras de arte: retablos de los siglos XVII y XVIII, entre los que destaca el mayor, una bella muestra del rococó salido de los talleres bilbilitanos del siglo XVIII. 

En la iglesia también se conserva la pila bautismal en la que fue bautizado Baltasar Gracián y Morales, el hijo más ilustre de la localidad y al que el pueblo ha dedicado un interesante espacio para divulgar y estudiar su obra.

Fotografías: Santiago Cabello y Luis Manuel García Vicén (As. Torre Albarrana)

ermita de la virgen del castillo

Dominando la localidad, sobre los restos del antiguo castillo, se levanta la ermita de la Virgen del Castillo, un bonito edificio del siglo XVII en el que destaca la torre campanario de tres cuerpos, situada junto al muro norte del crucero. 

Se trata de un templo de fábrica clasicista, con bóveda de lunetos, cúpula sobre pechinas y linterna en el crucero. Contiene interesantes cuadros e imágenes de religiosidad popular.

Ha sido siempre un centro de devoción para todos los habitantes de la localidad. Durante todo el mes de mayo las mujeres siguen haciendo allí las flores todos los días, incluyendo en ellas una novena a la Virgen del Castillo. La torre-campanario de la ermita, con un cuerpo añadido de ladrillo, sobre el que se colocó una pequeña imagen del Sagrado Corazón de Jesús, es exenta y probablemente formaba parte del recinto defensivo.

BALTASAR GRACIÁN

Baltasar Gracián nació en Belmonte el 8 de enero de 1601. Sus padres fueron el médico Francisco Gracián Garcés, natural de Sabiñán y Ángela Morales, de Calatayud. Jesuita, escribió numerosos tratados filosóficos, históricos y literarios, la mayoría bajo el nombre de su hermano Lorenzo. De ellos destacan El Criticón  y Oráculo manual y arte de la prudencia.

En la localidad existe un pequeño centro de interpretación dedicado a su hijo más ilustre situado a la entrada de la misma.