Cabolafuente

Cabolafuente con 34 habitantes, es uno de los pueblos más pequeños de Aragón. Su caserío se dispone por las laderas de un cerro, cuenta con viviendas sencillas de dos y tres alturas, con fachadas encaladas, ejemplo del tipo de construcción popular, presentando algunas de ellas escudos nobiliarios en sus fachadas.

datos prácticos

 

Ayuntamiento: C/ San Gregorio s/n 

Tel: 976 845 626

Email: cabolafuente@dpz.es

Gentilicio: cabolafuentino/a

Fiestas: El Cristo de la Piedad (14 de septiembre)

Distancia a la capital

Altitud

Cabolafuente

Cuando se llega a Cabolafuente se aprecia lo bonito que se ve el pueblo, que asoma entre los campos cerealistas, viñas y carrascas. Se trata de una localidad con una importante tradición agrícola, adonde llegaban muchos braceros para la siega en el pasado. Por sus campos transitó uno de los santos más venerados de nuestra comarca, San Pascual Bailón.

La primera vez que aparece Cabolafuente citado en la historia es en el año 1131 en el fuero de Calatayud. Y ese pasado medieval se refleja en su intrincado urbanismo. El pueblo se asienta en un monte coronado por la iglesia parroquial de La Purísima Concepción, quizá levantada sobre los restos de un antiguo castillo. Las casas parecen buscar cobijo bajo la elegante silueta de este bello templo tardogótico, construido a finales del siglo XV o principios del XVI, al que se accede por una portada plenamente renacentista.

Iglesia de la Purísima concepción

La iglesia de la Purísima Concepción se ubica en lo más alto de la población y está rodeada por un recinto murado que todavía conserva restos de su primitiva utilidad como cementerio. Una serie de laudas sepulcrales, empotradas en las paredes del templo, así lo atestiguan.  

Construida en piedra de sillería, casi con toda seguridad labradas por maestros canteros castellanos, al exterior presenta una delicada labor de talla en los baquetones que perfilan las ventanas. Destaca entre todas la de la sacristía, que aparece decorada al exterior con motivos, ya platerescos, cincelados en piedra. El interior, de una sola nave, aparece cubierto con bóvedas de crucería estrellada que apoyan en unas columnas adosadas, que descansan sobre basas hexagonales decoradas con torres en altorrelieve. 

El templo atesora interesantes obras de arte de del los siglos XVI a XVIII, como el retablo mayor, realizado en 1614 por Juan de Orihuela, o el Cristo de la Piedad, una magnífica talla del siglo XVII al que los habitantes del lugar guardan gran devoción.

Bodegas y fuentes

Hay que visitar, en la ladera del cerro, su espectacular zona de bodegas, que cuenta con unas 130 excavadas, y las dos fuentes que posee la localidad, una de ellas también renacentista.