Carenas
En una ladera de la margen derecha del río Piedra, aguas abajo de la presa de La Tranquera, Carenas es una localidad de rico pasado que aún conserva huellas de su esplendor.
datos prácticos
Ayuntamiento: Calle Alcaidia, 2
Tel: 976 842 625
Email: carenas@dpz.es
Gentilicio: carenero/a
Fiestas: Santiago y Santa Ana (25 y 26 de julio). San Pascual Bailón (17 de mayo)
Distancia a la capital
Altitud
Carenas
Vinculada históricamente al Monasterio de Nuestra Señora de Piedra, hasta la desamortización de este en 1834, dicho vínculo se materializó en que parte del patrimonio histórico artístico de la localidad formase parte de los bienes del citado cenobio, por ejemplo, parte de los bienes que se conservan en la iglesia parroquial.
Hoy la villa sobrevive de la agricultura y el turismo, con diferentes alojamientos que atraen a numerosos visitantes en busca de tranquilidad y paisajes.
En su patrimonio, además de la iglesia parroquial citada, hallamos alguna ermita y casas palaciegas que nos retrotraen al pasado esplendor.
Iglesia de ntra. sra. de la asunción
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción ocupa el solar de lo que fue el antiguo castillo y sustituye a un templo anterior, construido en siglo XVI. Se trata de un edificio barroco levantado en mampostería, ladrillo y piedra de sillería en el siglo XVIII. Al interior se accede por un pórtico con tres arcos, realizado en ladrillo, junto al que se levanta, en el lado de la epístola, la sencilla torre campanario.
El interior, de planta rectangular, se distribuye en tres naves; la central, junto con los brazos del trasepto, es más alta que las laterales. El crucero se remata con una cúpula elíptica, en la actualidad cegada, sobre pechinas que al exterior se cubre con un aparatoso chapitel metálico. Todas las naves y el presbiterio se cubren con bóvedas de medio cañón y se comunican entre sí con arcos de medio punto en las naves laterales y rebajado en la central. El templo presenta una decoración a base cornisas con hojas de acanto. Adosada a la cabecera, en la trasera, se ubica la sacristía.
Además del retablo Mayor, en la sacristía encontramos otro retablo, el “Premio lácteo a San Bernardo”, y un gran lienzo del siglo XVII de la misma temática. Pero sin duda el retablo más singular de la iglesia y que seguro que fue hecho para el lugar que ocupa es el dedicado a Santo Tomás, recientemente restaurado, hecho a expensas de Tomás Luzón [Hernando], que según Joaquín Melendo había nacido en 1532 y era infanzón. En esta iglesia se conserva montado el Monumento de Semana Santa, que junto con los de Ibdes, Jaraba y Ateca son de los pocos que pueden verse en la comarca.
Ermita de Santa Ana
La ermita de Santa Ana, de sobria apariencia, está realizada en mampostería con refuerzos de sillar. Tiene planta de cruz latina y consta de una sola nave de tres tramos, cubiertos por bóveda de medio cañón con lunetos, y crucero con una cúpula elíptica sobre pechinas. Se decora con unas excelentes yeserías barrocas de tradición serliana en las que los casetones del anillo inferior presentan forma de escudos y cada uno de ellos presenta uno de los símbolos de las Letanías Lauretanas (sol, luna, puerta del cielo, altar, estrella, etc).
En su interior conserva piezas de notable interés, tanto artístico como devocional. Piezas tan exóticas como una poupee de Malinas, del siglo XV, que nos muestra a Santa Ana, la Virgen y el Niño. Dos exquisitas esculturas napolitanas del siglo XVIII representan a San Juan Bautista y a San Onofre y conviven con piezas salidas de talleres bilbilitanos en los siglos XVII y XVIII. En la ermita se venera una imagen muy especial, el Cristo de la Langosta, una bella talla medieval a la que se atribuyen numerosos milagros.