Cervera de la Cañada

Rodeada por el mar de vides sobre el que se recorta la fantástica silueta de la sierra de Armantes, Cervera es un compendio de agricultura, con el vino como principal exponente, y patrimonio, en el que destaca el mudéjar de su templo parroquial, uno de los destacados como Patrimonio de la Humanidad.

datos prácticos

 

Ayuntamiento: Calle Portillo, 1

Tel: 976 899 222

Email: cervera@dpz.es

Gentilicio: cerverano/a

Fiestas: San Gregorio (9 de mayo). Santa Tecla (23 de septiembre). Pascua de Pentecostés.

Distancia a la capital

Altitud

Cervera de la Cañada

Dominando el caserío de Cervera de la Cañada, majestuosa e imponente, se levanta la iglesia de Santa Tecla. Ocupa el espacio y restos del antiguo castillo de la villa desde el año de su construcción  en 1426 por el maestro Mahoma Ramí, que dejó constancia de este hecho en una inscripción que se desliza por el antepecho del coro. Quizá la singularidad  de este edificio resida en el contraste entre su sobrio exterior y su espectacular interior. En la declaración por la UNESCO del conjunto del arte mudéjar aragonés como Patrimonio de la Humanidad, éste se ejemplificó en seis monumentos singulares; uno de ellos fue la iglesia de Cervera de la Cañada.

Cervera está rodeada por el espectacular paraje de los Castillos donde se encuentra la Cruz de Armantes, el paseo de los Moros y la cueva de Parra. Partiendo del pueblo por el camino del Corral Blanco o Armantes pasamos por el puente romano de los  Tres Ojos. En el rio Ribota, aguas arriba del pueblo, encontramos un azud romano cerca de la carretera de Villalengua. Desde la ermita de San Gregorio, patrón de la localidad, se divisa prácticamente todo el término municipal. Todas estas obras civiles y religiosas demuestran el importante papel de esta localidad a lo largo de la historia.

Iglesia de Santa tecla

La iglesia de Santa Tecla ocupa el espacio y restos del antiguo castillo de la localidad, destruido durante la guerra de los Dos Pedros. Por su emplazamiento, función y tipología, se enmarca dentro de las consideradas iglesia fortaleza. El ábside, de planta poligonal de cinco lados, se encajó entre los restos de un torreón circular, realizado en piedra de sillería, y las ruinas de lo que pudo ser otra torre de planta cuadrada, realizada en ladrillo que, en el momento de la construcción de la iglesia, se recreció y convirtió en campanario. Su planta irregular se interpreta como consecuencia de dos fases constructivas que, según el profesor Borrás, corresponderían al aprovechamiento de los citados elementos del antiguo castillo y a la construcción del propio templo. 

Así, la construcción del edificio quedó condicionada a dos factores: el primero, al encajar el ábside con los elementos preexistentes; y el segundo, con la limitación del solar donde se ubica, lo que provocó una desviación de la cabecera con respecto a la nave y los pies. La sencilla fachada se remata con una galería de arcos apuntados, en cuya base se conservan saeteras. En el exterior no hay ningún vano de iluminación, salvo un rosetón y un óculo, rematado con bellas lacerías, que aparecen en el muro de cierre de los pies. 

Nada en el exterior nos hace sospechar que estamos ante una iglesia, incluso el tímpano de la puerta de acceso aparece decorado con un emblema civil, la señal de los reyes de Aragón. Pero si entramos al interior quedaremos deslumbrados. La nave consta de dos tramos, más cabecera y coro en los pies. Entre los contrafuertes se encajan las capillas, más profundas las del lado de la epístola que las del evangelio, cubiertas con bóvedas de crucería simple. El adarve o camino de ronda discurre por encima de estas capillas, dando la vuelta desde el acceso de las escaleras del coro hasta la puerta, ahora tabicada, orientada directamente al este por el lado del Evangelio. Este adarve, al contrario que en Tobed o en Torralba de Ribota, solo se abre con galería de arcos a la fachada principal en el lado opuesto, de menor profundidad, resuelto con una galería cubierta de grandes vanos. 

La decoración original de su original interior ha llegado bastante completa hasta nuestros días. Todos los tramos de la nave van abovedados con crucería sencilla, nervios de triple bocel que se apoyan en ménsulas y una imposta que recorre el perímetro del templo por encima de las capillas laterales, sobre las que se abren los vanos de iluminación del interior. Estos grandes ventanales de arco apuntado se visten con ricas yeserías góticas que les confieren una elegante factura. Ornados con motivos flamígeros y decoración floral, aportan al interior una iluminación cenital, ya que se abren al camino de ronda y galería mencionados. 

Las yeserías góticas se complementan con la decoración agramilada y pintada del resto del conjunto, de carácter absolutamente islámico. Los temas decorativos son variados, agramilados en los paramentos inferiores, que muestran un despiece isódomo de piedra de sillería, del que arranca una malla que hereda la tradición del paño de sebka, lazos de seis y de ocho, que ocupan grandes espacios y los grandes paños de los muros altos y bóvedas pintados imitando al ladrillo. Decoración floral y dragones decoran los nervios en torno a las claves pinjantes de madera dorada. Bajo el alfarje del coro aparece un óculo sorprendente, cerrado con un lazo de siete puntas, motivo decorativo único en el mudéjar aragonés. Motivos heráldicos, con los escudos de Aragón y de la villa, adornan las claves de madera, las yeserías del coro y las vigas del alfarje. El color se despliega en el interior: ocres, marfiles, azules y rojos, tanto en los agramilados como en las pinturas murales medievales, que contrastan con los vibrantes frescos barrocos, realizados a principios del siglo en la reforma que este templo sufrió a partir de 1670 y que cubren el presbiterio. Pero si algo tiene de especial la iglesia de Santa Tecla de Cervera de la Cañada es que sus muros son un documento vivo. En ellos y en el pretil del coro aparecen inscripciones pintadas o grabadas en yeso que nos cuentan quiénes pagaron determinadas partes de la fábrica, quiénes formaban el concejo cuando se construyó, el año en que se terminó (1426) y quién la obró y edificó «Mahoma Ramí con Dios…».

Ermitas

Cervera cuenta con varias ermitas en su término municipal. La Ermita de La Soledad es un edificio de construcción humilde, situado a unos 200 metros del casco urbano, en la salida del camino de San Gregorio. Sólo se abre una vez al año por la fiesta religiosa de La Soledad.

En el entorno de la Ermita de San Gregorio se celebra la romería de las fiestas patronales de Cervera, el día 9 de agosto. Además de la misa, se realiza la tradicional bendición de los términos, pidiendo protección para las cosechas. Situada a unos dos kilómetros del casco urbano, se trata de una construcción con materiales humildes y arcos de diafragma. El retablo de su interior está dedicado a San Gregorio.

Por su parte, la Ermita de San Roque está alejada del casco urbano unos dos kilómetros por la carretera N-234, en dirección a Calatayud. Esta humilde construcción sólo se visita en agosto, con motivo de la fiesta religiosa de San Roque.

Por último, la Ermita de San Ramón está situada junto a la Casa Consistorial, en pleno centro urbano. Está habilitada temporalmente como iglesia para las celebraciones religiosas.