El templo es de origen mudéjar, aunque lo que vemos hoy en día es ya del siglo XVII. Este estilo aún se puede apreciar en el ábside del templo y en la torre de la iglesia.  Sucesivos accidentes (rayos, chispas eléctricas e incendios) han causado su deterioro interior y de la cúpula. Se quemó completamente el 5 de marzo de 1971, desapareciendo en el fuego los retablos. A la torre le cayó un rayo al año siguiente. Además, quedó ahumada en otra ocasión como consecuencia de unas velas que prendieron la mesa en que estaban colocadas. La iglesia conserva el Cristo del Peregrino, del siglo XVII, que sigue la tradición de los Cristos pintados por un artista anónimo que desaparece misteriosamente de la población una vez acabada su obra.

La ermita fue construida en el siglo XVIII y cuenta con un interior es de estilo neoclásico. La ermita disponía de casa de santero, derribada en su momento para hacer más segura la estructura, que conservaba exvotos de cera y las cadenas de un cautivo. La imagen de la Virgen, tallada en madera policromada y fechada en el siglo XIV, fue robada en 1985, pero pudo ser recuperada tres años más tarde. Es una talla preciosa, cubierta de ricos ropajes que las mujeres del pueblo cuidan con esmero.