villarroya de la sierra

‘Roya’ o ‘Roja’ por el color del terreno en el que se asienta y del material con el que están hechos sus edificios tradicionales, esta villa se desarrolló en la Edad Media protegida por sus dos castillos, el del Rey y el de la Reina, que coronan dos altozanos.

datos prácticos

 

Ayuntamiento: Plaza Mayor, 1

Tel: 976 899 001

Email: villasie@dpz.es

Gentilicio: villarroyense

Fiestas: Romería a la Virgen de la Sierra (sábado de Pascua). Santo Cristo del Consuelo (último sábado de septiembre). Ferias y fiestas de septiembre  (principios de septiembre)

Distancia a la capital

Altitud

villarRoya de la sierra

Bien le cuadran el nombre y el apellido. La arcilla «roya» creó formas y relieves en el paisaje. Rojas o royas son también las piedras sillares que configuran los castillos, las murallas y los arcos. Hay quien asegura que la fundación de Villarroya, es anterior a los árabes.

Villarroya de la Sierra extiende su extenso caserío entre dos promontorios con torreones fortificados. Los torreones son conocidos como los castillos «del Rey» y «de la Reina» y dominan un plano urbano laberíntico, repleto de callejas retorcidas que muestran el origen musulmán del trazado viario. La villa estuvo cerrada por un muro y se conservan todavía dos puertas de la muralla, una en cada extremo de la población, la Añeja y la Sumo Aldea. Los arcos quedan en pie y cumplen como antaño como punto de acceso a la villa.

En las fachadas de muchos edificios campean los escudos heráldicos, piedras armeras que rinden tributo al pasado glorioso. En  una de sus plazas se levanta la Casa Grande, un hermoso palacio del siglo VXIII que acoge en su planta baja un restaurante.

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol luce portada gótica, único vestigio del templo primitivo, destruido por un incendio. Sus capillas son de estilo barroco, entre las que destacan las dedicadas a la Virgen de la Sierra y al Santo Cristo del Consuelo.

La devoción religiosa de los vecinos del pueblo les lleva también hasta el Santuario de la Virgen de la Sierra. Una ermita con capacidad de hospedaje que se encuentra en la cota más alta del término municipal.

Entre las riquezas del patrimonio cultural con que cuenta esta localidad, merece destacarse una que enlaza directamente con la tradición de artesanía alfarera largo tiempo mantenida por sus habitantes. En un lugar en que predomina la arcilla de gran calidad, se ubican los restos de un alfar romano. Como era frecuente en época celtibérica y romana, se sitúa al borde de un barranco, que desemboca en la vega del río Ribota, hallándose sobre la pequeña planicie que domina el barranco gran cantidad de cerámicas, moldes, pruebas y otros elementos de alfar. Se han excavado ya dos hornos y localizado un tercero. Junto a él si situa un área con enterramientos romanos en ataúdes acompañados de ajuar.

En esta localidad nació el tenor Bernabé Martí, esposo de Monserrat Caballé. La familia frecuentó la localidad durante años, algo que continúa haciendo la hija de ambos.

Fotografía: Luis Manuel García Vicén (As. Torre Albarrana)

iglesia De San Pedro apóstol

En la plaza del Ayuntamiento se sitúa la iglesia de San Pedro Apóstol. El templo primitivo fue construido en el último tercio del siglo XV. En el XVII sufre una reforma importante, construyéndose una segunda nave por la unión de las capillas laterales del lado de la epístola, a la que a su vez se le dota de cuatro capillas. El edificio resultante es muy atractivo. Consta de nave única de dos tramos, con capillas entre los contrafuertes y ábside poligonal. La cubierta se soluciona con bóvedas de crucería simple. Al exterior se abre una portada gótica con una puerta abocinada de arcos ojivales, un elegante conjunto recuadrado en resalte con un alfiz y protegida por un alero de ladrillo. El hastial y parte del perímetro exterior está decorado con bandas de esquinillas simples al tresbolillo, restos de la primera fabrica mudéjar.

La reforma barroca del interior enmascara los nervios con yeserías de lazo de tradición mudéjar. El pretil del coro también está decorado con yeserías, en este caso del siglo XV, góticas de estética  mudéjar. El retablo Mayor, dedicado a San Pedro, data de 1675 y fue proyectado por el arquitecto Juan de la Torre; la escultura sería de Bernardo Ibáñez. Uno de los grandes tesoros de esta localidad es la custodia procesional que está considerada como una de las más bellas de Aragón. Realizada en plata a principios del siglo XVI, presenta un pie estrellado, con decoración floral repujada. El cuerpo es de tipo gótico, con sus arbotantes, contrafuertes y pináculos, algunos de éstos rematados por ángeles con las alas extendidas. El viril, en forma de sol, está guarnecido por una crestería; sobre él, y bajo el dosel, hay una delicada escultura de la Asunción de la Virgen.

santuario de la virgen de la sierra

En lo alto de la Sierra de la Virgen nos espera una sorpresa que va más allá de la naturaleza magnífica que se observa en dicha sierra: el Santuario de la Virgen de la Sierra. Iglesia, hospedería y lugar de devoción, el santuario debió de ser un lugar clave en el trasiego de peregrinos entre el Levante y Compostela.

El santuario hoy es una amalgama de construcciones que enmascaran sus valores arquitectónicos. El edificio original podría datar del siglo XIV, aunque resulta difícil encontrar elementos que lo corroboren en el caótico aspecto exterior. Dentro, sobre todo en el templo, se puede entrever el valor histórico artístico del lugar. La iglesia cuenta con nave única de arcos apuntados y guarda en su interior piezas de gran valor, como la imagen de la virgen que da nombre al santuario y a la propia Sierra, de aspecto entre románico y gótico, sujeta a un niño que parece ser muy posterior (en realidad la talla está compuesta únicamente por las cabezas de la virgen y el niño y la mano de la virgen, estando el resto cubiertos con la túnica).

Para saber más: Existen en la red numerosas obras dedicadas al santuario y su historia. Una de las más curiosas es Descripción del sitio, casa, y hospital de Nuestra Señora de la Sierra, obra de Diego Escolano y Ledesma, Obispo de Tarazona en 1663. La obra puede encontrarse digitalizada en el siguiente enlace y resulta muy esclarecedora para entender la historia del lugar.

Fotografía: Luis Manuel García Vicén (As. Torre Albarrana)