morata de jiloca

Entrando en Morata de Jiloca nos recibe la plaza, presidida por la espectacular fachada de la iglesia de San Martín de Tours, en la que la magia del mudéjar se muestra en todo su esplendor.

datos prácticos

 

Ayuntamiento: Carretera de Cubel, s/n

Tel: 976 894 022

Email: morataji@dpz.es 

Gentilicio: morateño/a

Fiestas: San Antón (17 de enero). La Cruz de Mayo (3 de mayo). Virgen de Alcarraz (primer domingo de agosto). San Martín de Tours (11 de noviembre)

Distancia a la capital

Altitud

morata de jiloca

Situada junto a la margen izquierda del río Jiloca, el entorno natural de esta localidad es incomparable: desde la fértil vega, regada por varias acequias de origen árabe, donde encontramos plantaciones de frutales, pasando por frondosos pinares y sus impresionantes cárcavas, caprichosas y peculiares formaciones geológicas esculpidas en el paisaje por la erosión de lluvia que no debemos dejar de visitar. La naturaleza ha sido generosa con Morata y visitar esta localidad en cualquier época del año es tener la recompensa de un entorno natural teñido con una paleta de colores sorprendente. 

El casco urbano es atractivo y no faltan los rincones pintorescos, su singular trazado urbanístico y su nombre nos indica un indudable pasado morisco. Al callejear por Morata encontraremos magníficos edificios como el  palacio Costea, una joya del renacimiento aragonés del siglo XVI, con una galería de 25 arcos, la mayor de estas características localizada en un edificio civil aragonés de esta época, o la casa parroquial, con decoración mudéjar típica de los siglos XIV y XVI, además de otras casas señoriales que salpican las calles de la villa. 

Sobre el altozano inmediato al caserío, quedan restos de lo que debió ser un recinto-refugio del siglo XIV, con un largo muro de piedras de considerable tamaño, hoy adherido a la ladera natural. Gran parte de la cima de este paraje, denominado el castillo, aparece explanada.

La magnífica plaza de Morata de Jiloca sirve como marco incomparable a una de las fachadas más hermosas del mudéjar aragonés. La iglesia de San Martín de Tours. Existen dos ermitas en el término municipal de la localidad, una dedicada a la Veracruz. La otra, dedicada a la Virgen de Alcarraz, toma su nombre de un antiguo poblado árabe-medieval ya desaparecido.

Los recursos económicos de esta población, giran en torno a la agricultura, la ganadería y la industria. El principal cultivo es la fruta que con gran profesionalidad se trabaja en la fértil vega del Jiloca. En el secano se cultiva la vid, las plantaciones de almendros, cerezos, y cereal. 

iglesia de San Martín de tours

La fachada de esta iglesia es una de la más hermosas del mudéjar aragonés. Está incluida dentro de la tipología de iglesia fortaleza, ya que su planta se corresponde con la de estas: de forma rectangular, con testero recto de triple capilla.

La fecha de construcción nos remonta a los albores del siglo XV, época de la construcción de la fabulosa fachada en la que la decoración de ladrillo resaltado, junto con cerámica vidriada en  blanco y un azul casi negro, conforman un entramado de cruces de múltiples brazos. Se forman rombos, fajas de esquinillas y arcos mixtilíneos sin entrecruzar soportados por fustes de ladrillos alternados con otros cerámicos, complementándose estos adornos de ladrillo con azulejería de estrellas. Junto al muro mudéjar de la Seo de Zaragoza, la fachada de San Martín esta considerada la mejor del mudéjar aragonés. 

La sobria portada gótico levantina presenta una decoración heredera del mundo islámico. En el tímpano, de alabastro, esta representada la imagen de San Martín partiendo su capa con el mendigo.

De las dos torres gemelas proyectadas a los pies solo se terminó la del lado sur. Tiene estructura de alminar, sencilla decoración de rombos.

Este edificio sufrió numerosas reformas a lo largo de la historia pero quizá fue la realizada en el  s. XVI la que más modificó su fisonomía. Fue entonces cuando se cambió la orientación del templo, realizando un nuevo presbiterio de planta cuadrada y flanqueado por dos estancias cubiertas por bóveda de estrella. Tras la restauración se volvió a situar el presbiterio en su localización original, relegando una de estas estancias como sacristía y la otra como pórtico abierto a la plaza. Pero fue quizás la logia de arcos que recorre todo el edificio la obra más importante de esta época. 

El interior se distribuye en una sola nave de dos tramos cubiertos de crucería sencilla. Las capillas laterales, alojadas entre los contrafuertes, se abovedan también con el mismo tipo de crucería. Las tres capillas que forman el presbiterio se abren a la nave central por arcos apuntados siendo el central de mayor tamaño que los laterales. 

En el presbiterio se aloja el retablo del descendimiento. Consta de quince tablas que narran escenas de la muerte y resurrección de Cristo. Atribuido al taller de Pedro de Aranda, es una obra magistral realizada a partir de la segunda mitad del siglo XV. Este retablo se encontraba en una ermita de la localidad y fue trasladado a la iglesia tras la finalización de las obras de restauración de la misma.

Fotografías: Luis Manuel García Vicén (As. Torre Albarrana)