Cascos Urbanos
Si la mayoría de los pueblos de la comarca de la Comunidad de Calatayud tienen el encanto de lo rural en sus caseríos, hay unos cuantos cuyos cascos urbanos destacan sobremanera.
Pueblos que enamoran
La mayor parte de los numerosos pueblos que conforman la Comarca de la Comunidad de Calatayud tienen unos caseríos plenos de encanto, con numerosas muestras de arquitectura popular que rodean templos, palacios o castillos de gran belleza y valor patrimonial. Sin embargo, existen unos cuantos que destacan sobre el resto por alguna cuestión, bien sea su estado de conservación, su conjunto, su patrimonio o el paraje en el que se levantan. Veamos algunos ejemplos.
Si dividimos la comarca por zonas, los valles paralelos del Ribota y el Manubles se llevan la palma en cuanto a cascos urbanos de interés. Baste citar los de Aniñón, Villarroya o Malanquilla, en el primero; o la totalidad de los del Manubles, con Torrelapaja, Berdejo, Bijuesca y sobre todo Moros. Esta última localidad conserva en su abigarrado casco urbano de raíz musulmana uno de los conjun tos más impactantes de todo Aragón.
En ambas márgenes de la Sierra de Vicort, en el valle del Grío destacan las localidades de Tobed, con un conjunto plagado de encanto y Codos, mientras que en el Perejiles sobresalen Miedes, y Belmonte de Gracián.
En la zona del Jalón, aguas abajo de Calatayud, destacamos Paracuellos de la Ribera y Sabiñán, además de las cercanas Arándiga y Nigüella. Mientras que aguas arriba sobresalen Ateca, con su casco medieval bien conservado, Alhama, Cetina y Ariza.
En el entorno del embalse de La Tranquera y el Monasterio de Piedra sobresalen lugares como Monterde, Abanto, Cimballa o Campillo de Aragón, mientras que en la ribera del Mesa destacan Ibdes, Jaraba y Calmarza.
Por último, en la zona mesetaria vecina de Castilla brillan con luz propia sitios como Monreal de Ariza, Sisamón, Bordalba o Pozuel de Ariza.