La convivencia pacífica entre cristianos, judíos y musulmanes en Arándiga quedó truncada cuando el edicto de los Reyes Católicos para la conversión provocó un trauma de gran proporción. Nada menos que 478 personas fueron expulsadas de sus casas, dejando atrás sus raíces, sus haciendas y toda una vida trabajando en estas tierras. En Arándiga se recuerda especialmente la historia de Juan Galindo, de padres cristianos nuevos, que pudo evitar su expulsión gracias a haberse integrado en la vida cristiana de la villa.

La recreación se centra en la expulsión de esta parte importante de la población local, que supuso una importante fractura para la historia de Arándiga. Se teatraliza también el proceso contra Juan Galindo en los escenarios originales: la antigua judería y el entorno del castillo.