¿Sabías que la Sábana Santa está en la Comunidad de Calatayud?
Te vamos a hablar de la Sábana Santa de Campillo de Aragón.
En la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Campillo de Aragón, cada Jueves Santo y Viernes Santo se abren los portones de la capilla de la Sábana Santa donde se expone para veneración de los fieles una copia de la Sábana Santa que se encuentra en la catedral de Turín. La Síndone o Santo Sudario es, según la tradición, la tela que envolvió el cuerpo de Cristo tras su crucifixión y muerte, uno de los grandes símbolos de la cristiandad y a día de hoy uno de esos grandes lugares donde confrontan ciencia y fe. «Es una reliquia de mucho valor». José Pérez, párroco e hijo del pueblo, ya retirado de la vida activa, rememora la tradición y defiende el valor de la tela por las coincidencias respecto a la original de algunos detalles como la posición de los rastros de sangre, las llagas del cuerpo o las formas de triángulo, marcas de los remiendos que se realizaron al quemarse por las esquinas el lienzo original en el incendio que tuvo lugar en el siglo XVI en la iglesia de Chamberí (Francia), donde se encontraba entonces. José Pérez recuerda que el jesuita estudioso del Santo Sudario, Jorge Loring, ya fallecido, destacó su calidad: «Vino a verla a Campillo y dijo que era la mejor copia de España, y de las tres mejores del mundo», junto con otra en Argentina y otra de Italia.
Las copias de la Sábana Santa o lienzos asociados a la vida de los mártires se cuentan por cientos en todo el mundo debido al gran auge que cobraron las reliquias durante la Edad Media, y que son custodiadas y veneradas por los fieles locales. También la de Campillo de Aragón ha sido símbolo de fe del pueblo, los vecinos se encomendaban a ella en sus prerrogativas y peticiones, y las madres pasaban por ella a los bebés para asegurarles protección. La principal fuente documental de la Sábana Santa de Campillo de Aragón son los estudios y el libro que publicó el presbítero Pedro Gotor Calmarza. En él se relata que esta copia llegó hasta la Comunidad de Calatayud en julio de 1653 como un regalo de fray Lucas Bueno Nuño, religioso natural de Campillo que llegó a ser obispo de Malta y gran prior de la Orden de San Juan de Jerusalén, a quien se lo había regalado la Casa de Saboya de Turín. La copia de la Síndone llegó a Campillo enrollada en una arqueta de roble, tapizada en su interior con telas de raso y enrollada en dos varas de ébano, de modo que cada una recogía media sábana. Después de exponerse en alguna ocasión para veneración de los fieles, así quedo guardada hasta que gracias a las donaciones y limosnas del pueblo se levantó la capilla para acogerla, que fue finalizada en 1675.
Las celebraciones de agosto, el mes de septiembre con motivo de las fiestas de la Exaltación de la Cruz y la Semana Santa son las tres veces del año en que se abren los portones para su veneración. Solo si la situación sanitaria lo permite se podrá ver en esta ocasión. La curiosidad de la reliquia ya es una buena razón para visitar Campillo, o para volver. Además de recorrer sus páramos cuando verdean los campos y su patrimonio, en el que además de su parroquial, destaca la ermita de Santa Lucía, los restos del castillo, una soberbia casa-palacio del siglo XVIII y su característico peirón de San Antón, en la plaza de abajo, de los más bellos de la zona.
Comentarios recientes